miércoles, 19 de marzo de 2008

Los diarios perdidos del Consejo del Mar Eterno




Dedicado a mis padres, quienes me dieron la vida.

Y a quien hace que esa vida tenga sentido:

Carla Dolce, mi amor y mi motivación.



PRÓLOGO

(Las memorias de otra era)

Mis ojos no creían lo que veían aquella tarde, la tapa de aquel viejo libro decía sin ninguna duda aquel titulo que me llenó de ansiedad:

“HISTORIA DEL CONSEJO DEL MAR ETERNO

y Relatos Perdidos de la Segunda Realidad

Estaba firmado con unas iniciales que todavía no puedo saber que significan: “C. Y. M.” Las letras eran grandes y la caligrafía era perfecta, yo estaba viajando en mi barco volador cuando descubrí este diario en uno de los camarotes, no supe como llegó allí pero me entusiasmé de inmediato y aterricé en la primer llanura que encontré, inmediatamente comencé a repasar las viejas hojas. Lo que leía era increíble y decidí viajar de inmediato hasta mi castillo para leer con más tranquilidad y concentración.

Una vez en mi hogar me senté en mi estudio y repasé algunos relatos, unos estaban completos y en otros las hojas estaban tan estropeadas que no se podía leer. Unos en especial me llamaron la atención, en los que se contaba las vivencias de un caballero con mi mismo nombre, tal vez sea alguno de mis antepasados, ¿Quién sabe?

Seleccioné los que más me fascinaron y a la vez los que eran más legibles, los copiaré en las páginas siguientes, pero antes comenzaré transcribiendo la historia de la creación del Límite Divino y algunos datos del Consejo del Mar que encontré en estas hojas. Espero que los disfruten tanto como yo:

“El mundo atravesaba momentos difíciles, distintas posturas, ideologías y creencias brindaban momentos de tensión, guerras e injustos castigos. Los cambios se gestaban todos los amanece­res, cruzadas religiosas y combates sangrientos aumentaban el saldo de muertos todos los meses. Aquellos que pensaban distinto eran castigados de formas crueles, y en todos los rincones de los continentes se creaban secretas reuniones para encontrar una solución a estos problemas. Los que practicaban hechicería eran sacrificados sin darles posibilidad de defenderse, castigándolos por el simple hecho de pensar distinto, estos inconvenientes ya llevaban muchas décadas y, aunque los conocedores y seguidores de la hechicería vivían ocultos comenzaban a necesitar libertad y respeto.

Ya nadie recuerda bien que año fue, pero sucedió en el Consejo del Mar que los representantes de la hechicería de todo el mundo se reunieron para llegar a una conclusión. La situación ya no podría mantenerse más, se dieron cuenta que la gente estaba cambiando y que de poder conseguir la libertad que tanto deseaban nunca recibirían el respeto que merecían, no podrían vivir en paz jamás, finalmente determi­naron la creación de un límite mágico que separe dos realidades, la ya conocida por todos y una nueva dimensión donde se pueda vivir sin persecuciones y alejados de las nuevas invenciones que no eran deseadas, como nuevas formas de energía que sólo serviría para generar destrucción y más sufrimiento.

Inmediatamente el plan se puso en marcha, comenzaron a leer libros de todo tipo, experimentar con diversos ingredientes, analizar probabilidades y demás. Finalmente, una noche todo estaba listo, el hechizo era tan grande y poderoso que se necesitaría la fuerza de los diez magos más omnipotentes del mundo y de la ayuda de una serie de artefactos donde podrían almacenar el poder mágico sin perderlo. El hechizo seleccionaría a los indicados para formar al nuevo mundo, caballeros, magos, animales y hasta razas enteras formarían parte del olvido y sólo existirían en las leyendas que con el paso de los años nadie creería.

La noche se cubrió de nubes oscuras, el Consejo del Mar estaba reunido en la montaña más alta del mundo, los ingredientes estaban listos, los conjuros memorizados, los símbolos mágicos tallados en la piedra, los caballeros elegidos esperaban su momento para utilizar los artefactos que se les habían designado y la existencia se enfrentaba al acontecimiento más grande de su historia, del cual sólo unos pocos conocerían.

El máximo hechicero comenzó a recitar el conjuro en palabras arcaicas, sus ayudantes alzaron sus brazos y cada uno hizo lo que le correspondía, el clima ya estaba controlado a la perfección, el límite ya estaba listo para ser empleado, los símbolos, las runas y los jeroglíficos en el suelo brillaron con un fulgor rojo encarnado. El tiempo se detuvo. El Máximo Hechicero cayó desvanecido como era de esperarse, el segundo mago más poderoso, tomó su lugar y ordenó a los caballeros que utilicen sus artefactos como se les había explicado.

El primero tenía una copa de oro que contenía un líquido azul como el cielo, otro llevaba un gran y pesado abanico de hierro, el tercero empuñaba una lujosa espada de cristal con la guarda de oro y el último alzaba una vara brillante de madera tersa con las puntas de plata. Luego de unos últimos conjuros, el mago bajó su brazo con fuerza dando la orden: El primero lanzó el líquido del cáliz al aire, el segundo agitó con su abanico y congeló al líquido en el aire, dejándolo flotando como si fuera una pared de cristal azul, el tercero cortó con su espada esta lámina mágica y abrió una hendidura de la que salió una potente luz blanca, el último incrustó la vara en la grieta y la giró con velocidad creando un torbellino de luz. Inmediatamente la luz blanca se volvió multicolor y comenzó a abarcar toda la región para cubrir el mundo entero en pocos segundos, los dos mundos habían sido separados, los habitantes habían sido selecciona­dos para cada Realidad y cuando el tiempo volvió a correr, lo que siguió fue una catás­trofe climatológica que cambió la tierra de la nueva dimensión por completo, los habi­tantes estaban inmunes de manera mágica y pudieron ver como todo cambiaba por los efectos secundarios.

Los ríos se desbordaron, los volcanes hicieron erupción y las montañas se desmoronaron. Las placas continentales se movieron, se unieron y se separaron, se hundieron islas y hasta regiones enteras bajo el océano, mientras otras surgían del fondo del mar. La vegetación de varios lugares se secó y otras zonas boscosas se crearon en otros sitios, la tierra se agrietó y de sus entrañas surgieron caudales de agua formando ríos antes inexistentes. Pueblos, ciudades, países y hasta imperios enteros se desmoro­naron y nuevas ciudades y civilizaciones se erigieron en su lugar, con sus historias y sus límites políticos. Cada habitante de la nueva realidad fue llevado a su lugar y permane­cieron sumidos en un profundo sueño hasta que el sol salió por séptima vez, poco entendían lo que había sucedido, pero sus vidas deberían seguir, sus mentes habían sido modificadas para entender que esta era la realidad en la que habían vivido desde su nacimiento y desde el nacimiento de sus ancestros, y les habían puesto mínimos conocimientos del Consejo del Mar, los suficientes como para creer los miembros del mismo como una divinidad inalcanzable…”

Aquí las escrituras se pierden, la tinta esta borroneada e ilegible por lo que lamento decir que hasta aquí llegan los relatos de la creación del Límite Divino contados en estos diarios, y quiero que sepan que desde que leí estas escrituras mi pensamiento acerca de lo que se rumorea ha quedado en el olvido, muchos dicen que todos los integrantes del Consejo del Mar murieron instantáneamente con lo que el secreto del Límite Divino y de las Realidades sólo existiría en algunas mentes en forma de leyenda o creencia religiosa, pero ahora yo no creo eso, yo creo que alguno de los miembros del Consejo del Mar sobrevivió y transmitió sus conocimientos a alguien antes de morir, después de todo alguien tuvo que escribir este diario ¿No creen? Tal vez algún día alguien encuentre las respuestas y los misterios sean develados.

Eclod Aleinad Alrac XXVII

Primer General y Maestre de Paladines

Ciudad Capital de Astharlaz